Para conocer la historia de Pilar de la Horadada y a sus gentes hay que remontarse a la época romana, aunque sus antepasados tienen el origen mucho tiempo atrás, tal y como demuestran los restos arqueológicos encontrados que atestiguan que este espléndido rincón del Mediterráneo estuvo ocupado por los íberos.
Llamada Thiar por los romanos, Pilar de la Horadada era un enclave en la "Vía Augusta" entre las ciudades de Ilici (Elche) y Cartago Nova (Cartagena), usado por los viajeros de esta ruta como un lugar de descanso para reponer fuerzas en su ruta por la costa mediterránea hasta Roma.
Los restos de pecios hundidos en el litoral pilareño, nos dan testimonio del tráfico comercial marítimo en época romana.
A lo largo de su historia, y debido a su encalve estratégico, Pilar de la Horadada sufrió varias incursiones piratas, motivo por el que se construyeron las torres de vigilancia, que servían para avistar los acercamientos marítimos. Un bello ejemplo es la "Torre Horadada", llamada así por los agujeros que conectaban los diferentes pisos de la construcción como un sistema rudimentario de comunicación entre los centinelas, y que más tarde daría nombre a la urbanización de veraneo Torre de la Horadada.
Con la caída de los musulmanes (711-1492) y la reconquista por parte de los Reyes Católicos, Pilar de la Horadada se convertía en una zona fronteriza entre los reinos de Castilla y Aragón. Comienza entonces, como en otras zonas de España, una de las épocas más gloriosas y de esplendor de su historia.
Al igual que en resto del territorio español, la Guerra Civil dejó cicatrices en el paisaje social de Pilar de la Horadada, un rincón olvidado responsabilidad del Ayuntamiento de Orihuela como parte de su terreno municipal. A 36 kilómetros de distancia de unos políticos que no escuchan, los pilareños son abandonados a su suerte sin una cobertura social ni económica. Comienza entonces la lucha por una gestión independiente del consistorio oriolano ya que los pilareños, conscientes de su enorme potencial económico; primero en la agricultura y más tarde en el turismo nacional, se cansan de pagar unos impuestos desorbitados a una Orihuela que no entrega nada a cambio. Esta es la lucha por la segregación del Ayuntamiento de Orihuela que acabó felizmente para los pilareños el 30 de julio de 1986 y que es digna de otro capítulo de su historia.
Desde entonces, el municipio atraviesa un proceso de crecimiento sostenible con una comunidad integrada por 70 nacionalidades y unos servicios que mejoran cada día la calidad de vida de sus más 20.000 habitantes.
Historia de la segregación de Pilar de la Horadada: 30 de Julio de 1986
El desarrollo sostenible e imparable que atraviesa Pilar de la Horadada en la actualidad no es sino el reflejo de la idiosincrasia pilareña de carácter luchador y emprendedor que se ha venido fraguando por la sucesión de acontecimientos históricos. Tal es el caso de la lucha por la segregación de este rincón del Mediterráneo, que durante décadas estuvo sometido al abandono del ayuntamiento de Orihuela como pedanía de este consistorio.
A 36 kilómetros de su Ayuntamiento en Orihuela, Pilar de la Horadada estaba desatendido de sus necesidades sociales y económicas; nunca fue considerada como un lugar en el que invertir. Los pilareños pagaban unos impuestos desorbitados y las infraestructuras eran mínimas, por no decir casi inexistentes: el servicio de alcantarillado no existía, tampoco el alumbrado ni otros servicios de primera necesidad. Además, las comunicaciones con Orihuela eran casi inexistentes, hecho que dificultaban los trámites de los ciudadanos con el Ayuntamiento, paralizando su desarrollo empresarial.
Inmersos en una situación sin salida los pilareños, que siempre han sido conscientes del enorme potencial económico de sus tierras, tanto para el turismo como para la agricultura, supieron en ese momento el progreso que traería al pueblo la segregación de Orihuela.
Los primeros signos de lucha por la segregación se dan en 1936 con el documento firmado por Ginés de Gea Sánchez. Era el comienzo de una lucha que tardaría cinco décadas en ser escuchada por las autoridades provinciales y autonómicas.
En 1957, el segundo escrito para la independencia municipal fue presentado en el Ayuntamiento de Orihuela, siendo éste finalmente recurrido en 1963 al no querer reconocerse la autenticidad de las firmas de ciudadanos que en él aparecían. En este caso, el equipo de Gobierno oriolano exigía que cada uno de los firmantes pasara por el Ayuntamiento para certificar las firmas, una condición prácticamente imposible de cumplir.
A lo largo de estas reuniones, la comisión pilareña y Orihuela presentan sus propuestas de territorio para la segregación. Sin embargo, y ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo entre ambas partes, la Consellería decide preparar el documento.
El escrito preparado por la Consellería es presentado el 25 de julio de 1985 ante el Consejo de Estado, y se deniega en marzo de 1986 en la Generalitat Valenciana. Esta decisión del Gobierno Autonómico provoca una gran revuelta popular que acaba con la quema del mobiliario municipal, una huelga general el 25 de marzo, continuados cortes de la carretera nacional N332, manifestaciones etc. De todos estas reivindicaciones populares, quizás la más emblemática, o la que más revuelo local causó, fue el cerramiento y tapiado de la oficina municipal, momento en el que los pilareños piden a los policías que controlaban la manifestación que no vistieran los uniformes sellados con el escudo de Orihuela.
Con el objetivo de calmar las revueltas populares, el día 3 de abril de 1986 el Ayuntamiento de Orihuela promete invertir 750 millones de pesetas en alcantarillado y agua potable. Sin embargo, esto no parece gustar al colectivo femenino de Pilar de la Horadada que decide hacer complot convenciendo a los vendedores del mercadillo del viernes que no paguen el impuesto municipal como forma de protesta a una medida que pretende acallar la voluntad pilareña.
A partir de este momento, las manifestaciones se recrudecen hasta un punto insospechado cuando, el día 5 de abril, las fuerzas del orden emplean gases lacrimógenos contra los manifestantes. El entonces Gobernador Civil de Alicante telefonea al Presidente de la Generalitat Joan Lerma para proponerse el mismo como mediador en el conflicto entre la comisión pro-ayuntamiento y el conseller, con el fin de poner fin a este conflicto.
Aún el 26 de julio de 1986, el presidente de la Diputación Provincial aseguraba a los medios de comunicación que no se concedería la segregación a Pilar de la Horadada. Sin embargo, el 30 de julio, Emilio Sánchez Serra recibe una llamada para que representantes de Pilar de la Horadada le entregaran por fin el decreto aprobado que concedía la segregación de Pilar de la Horadada.
Desde entonces, el recién estrenado Ayuntamiento pilareño decidió que cada 30 de julio sería fiesta en Pilar de la Horadada.